sábado, 27 de enero de 2018

SEMANA SANTA EN QUERCOS DISTRITO DE CHAVÍN DE HUÁNTAR HUARI ANCASH

La Semana Santa, es la conmemoración anual de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús de Nazaret, por ello, es un periodo de intensa actividad litúrgica dentro de las diversas confecciones del mundo católico cristiano. Da comienzo el domingo de Ramos y finaliza el Domingo de Resurrección.

En el caserío de Quercos, distrito de Chavín de Huántar, una de las costumbres religiosas es el apiruré. Para las actividades de la Semana Santa en las zonas del Callejón de los Conchucos, normalmente la organización está a cargo del “apishek”, este personaje hace todo el preparativo, se inicia con un mes de anticipación, entre las actividades que se realiza son:  Yantacamí, que es la faena del recojo de leña en las partes altas, normalmente los "minkas" peones se desplazaban por las zonas de Huayrongha jurisdicción del caserío de Challhuayaco, donde abundan arboles quinual, después de dos o tres días de intensa labor en el monte, los leñadores y los arrieros bajaban con 12  o 15 burros cargados de leña seca, destinada para abastecer de suficiente leña para elaborar los diferentes alimentos que los familiares e invitados consumían durante el día de la resurrección. 

El "masakí" es la actividad que normalmente la ejercían las mujeres, en los "pucus" de gran tamaño se preparaba la masa de harina, mezclado con agua de hinojo, manteca de chancho y otros condimentos, después de dos horas llegaba el momento de tanta tacllé, este es un trabajo muy importante que congregaba a las mamás y abuelas de las familias y las amistades del "apishek", ellas se reunían para elaborar los deliciosos panes. 

"Horno tzarishi"; es la actividad que normalmente la ejercía una sola persona (varón), este personaje comenzaba sus labores colocando los "cullus" en el horno y les prendía fuego, es un trabajo muy fuerte y constante por lapso de varias horas, el horno después de soportar el intenso fuego por varias horas quedaba con la pared interna de color blanco, que significaba estar en una temperatura máximo, en esos momentos el hornero procedía a retirar la ceniza y el carbón, limpiando el piso con las hojas de "puyó verde" amarrado en un palo largo, listo el piso se colocaban los panes que luego salían calientes y crocantes, almacenados en canastas grades. 

Una cualidad muy particular de los pobladores del ande peruano, es la solidaridad y la reciprocidad con el organizador de la fiesta; de manera que el “apishek” recibía el apoyo de sus familiares, parientes y amigos, es pues la antigua costumbre de "yanapanaki" y "qhelliki", de manera que los mayordomos, recibían ayuda desde el más humilde campesino, que le obsequiaba una gallina, hasta del más potentado del caserío que le regala un toro o una res, en aquellos tiempos quien no ha escuchado la frase que decía: “Wiraghocha, ghellimankicher imallatapis, ghellikamaptikeka sankutami apita rarecushakc, tantatapis llapan runakunap askatami rerekamushac”.

El Aswaquí consiste en hacer hervir el shura (maíz fermentado seco molido) en un perol grande,  se agrega el trigo crudo molido "hamshi", para darle color se agrega una mazorca de maíz negro, canela, clavo de olor, cascara de naranja y otros, no se puede dejar de mover porque es muy fácil de quemarse, se deja hervir por lapso de 6 horas, agregándole agua cada vez que se consuma, después de esto se cuela con una tela tosca como el costal de lino, se deja enfriar y se inicia el hirpupaqui que consiste en colar el liquido en una vasija de barro “aswana uyllu” se tapa y se deja fermentar por lapso de cinco días. Este licor ancestral del Tawantinsuyo a los cinco días ya está completamente maduro, listo para el consumo, en esta actividad normalmente trabajan los varones, con esta bebida mezclado con alcohol la gente durante el día de Gloría se emborrachaba y bailaba. Cuenta la historia que tras la llegada de los españoles en Cajamarca el 16 de noviembre de 1532, el inca Atahualpa le ofrece al sacerdote dominico Vicente Valverde un kero (vaso) de oro con chicha de jora. La bebida fue arrojada por el invasor pensando que el inca quería envenenarlo, cuando este acto es una tradición incaica para iniciar una conversación.


El Pishtapaquí, consistía en sacrificar a los animales normalmente una res, carneros, chanchos, gallinas, cuyes, todo para ser consumido en el día de gloria.

La otra actividad era la cosecha de papa en las partes altas, donde los jóvenes también lo aprovechaban para recoger el anís silvestre por las alturas del cerro “Mariash”, cerro “Achiquepa Racan” y Misapampa. Se mandaba pelar aproximadamente 300 kilos de papa blanca, luego se realizaba el "papashiké" que consistía en (rayar las papas) con el "cernidor" hecho en las latas de sardinas de atún, en estas actividades las mujeres día tras día hacían sus labores detalladamente, colando el almidón en manteles blancos. 

El “apirurak” es el especialista en preparar la mazamorra, acondicionaba la cocina donde comenzaban a colocar el “hatún uyllu” y los “peroles” grandes en las “tullpas” de piedra, realmente el preparado del api (mazamorra) es un trabajo para un especialista de mucha experiencia, primero hacen hervir el anís, luego colocan las chancacas, y van echando el almidón moviendo el agua con una huishla de madre grande, largas horas ejecutaban este arduo trabajo. Después de largas horas de trabajo el api que traducido en el idioma español significa mazamorra, llega a su punto final. Mientras reposaba la mazamorra, siempre bajo el estricto cuidado del "apirurak", en las noches, el pueblo se dirigía a la iglesia ubicado en “jana barriu” acompañando al “apishek” quien llevaba el estandarte, rodeado de muchos adultos, niños y niñas vestidos de blanco con sus alas de ángel.

A la edad de 10 años presencié este tipo de actividades, en aquellos tiempos la misa nocturna fue tan riguroso, pues los catequistas eran tan crueles y muy exigentes, hacían cumplir la disciplina con sus varas de “lloque” exigiendo a todos los asistentes que permanezcan atentos y despiertos.

Siendo las 22:00 horas, salía la procesión del Arcángel San Miguel, el recorrido siempre se realizaba en la pequeña plaza de armas del caserío, todos, entre adultos y niños acompañan al "apishek" con las velas encendidas, cantado las canciones de acuerdo a las indicaciones y guiados siempre por el catequista, el recorrido lento entre canciones y oraciones culminaba siendo las 12:00 horas.

Al día siguiente a partir de las 08:00 horas, se realizaba el cumplimiento, el “apishek” comenzaba a repartir la mazamorra a todos quienes acompañaron la procesión en la noche anterior, para tal fin la gente llega a la casa con sus baldes, algunos con ollas para llevar la mazamorra y con sus canastas para el recojo de panes y las personas que presentaron a sus niños y niñas con vestido blanco disfrazado de ángel, aparte de la mazamorra también recibían el "jaca picanti", "pucheru de jamón de chancho" y otros.

En el día de Gloria, desde las tempranas horas comenzaba la fiesta, para el almuerzo de todos los asistentes preparaban el "usha caldu", el infaltable "llushtu de trigo", "pucheru de jamón de chancho", "jaca picanti", etc. La fiesta era amenizada por artistas aficionados y populares quienes de presentaban voluntariamente para este tipo de reuniones, donde no faltaba don Eleazar Gamarra, con su quena metálica, acompañado de guitarristas y violinistas todos ellos simples aficionados, quienes interpretaban hermosas canciones al estilo del "Jilguero de LLata" bajo cuyos sones la gente bailaba hasta altas horas de la noche.

En los últimos tiempos por la bonanza económica, es celebrado con orquestas y banda de músicos, son pues costumbres que poco a poco está perdiendo la esencia que se vivía hace 50 años atrás.