jueves, 24 de agosto de 2017

FEBRERO MES DE LOS CARNAVALES QUERCOS DISTRITO DE CHAVÍN DE HUÁNTAR

Historias y costumbres del caserío de Quercos, distrito de Chavín de Huántar, que observé en la época de mi niñez en los años de 1970. 

En horas de la mañana, mientras iban los preparativos en la casa del “carnavalrurak”, en las inmediaciones del cerro conocido popularmente como Achiquepa Racan "vagina de mujer mala", nuestro Jirca tutelar, los jóvenes voluntarios, culminaban de armar el "gherutoru", que simboliza a un toro muy bravo, está hecho de palos y recubierto con cuero seco de res, donde le colocaban los cachos de un toro de lidia disecado, presentaba las astas muy prominentes, expresión de un toro bravísimo; luego uno de los jóvenes de porte atlético y resistente a la velocidad se colocaba el armazón, quien salía adelante a la carrera corneando a todo persona o animal que se le cruzaba en el camino, tras suyo también se desplazaban a la carrera un grupo de jóvenes expertos "vaqueros", quienes provistos de "chicotes" guiaban el “animal” con destino a Ura Barriu; además acompañaban al astado, el "auquish" y la "chacuas"; ellos representaban la alegría popular; así este grupo de actores del pueblo al compás de la tinya y el pincullo, bajaban al paso ligero por el estrecho camino sinuoso hasta el histórico puente del caserío de Chullush, ubicado en la parte baja de “Conshu Esquina”, luego subían detrás del "animal" haciendo sonar sus chicotes por el sector "Shaca Jircan" llegando al cruce por las inmediaciones de la casa de don Donato Damián, por ende ingresando al “ura bariu”, donde hacían de las suyas en la única calle del caserío, allí otros bailaban y otros corrían junto al “gherutoru”, en una especie de “Pamplonada”, es pues una de las aficiones más arraigadas en estas tierras como herencia española que a través de los tiempos está en el sentir y la vivencia del hombre andino. Normalmente como el “auquish” y la “chacuas” era representado por Lauro Alvarado y Capistrano Gamarra. 
En horas de la tarde, aproximadamente a las 14:00 horas, después del almuerzo en la casa del “carnavalrurak” (persona que hace la fiesta de carnaval), consistente en “usha caldu” (caldo de oveja), “llustu de trigo” (trigo hervido, descascarado en base a cal y ceniza), “cuchi pucheru” (sancochado de jamón, pierna o brazuelo de chancho serrano), el rico “jaca picante” (picante de cuy acompañado con jeghna papa o llullu papa con aderezos).

Después del brindis con el infaltable "shura ashua" (chicha de jora) y cerveza, el pueblo en general comenzaba a salir para la presentación del “cortamonte” popularmente conocido en el caserío de Quercos distrito de Chavín de Huántar como “guerujawí”, pues se plantaba en la calle un árbol frondoso de capulí o eucalipto, donde en sus ramas colgaban muchos regalos y sorpresas de todo tipo, así empezaba la fiesta amenizado por una buena orquesta o un tocadiscos al son del “ wallicushun, wallicushun, wallicushun”; todos los asistentes bailaban cogidos de las manos en circulo teniendo al centro al gran árbol, ahí los asistentes bailaban todos muy alegres por momentos todos giraban en una sola dirección, luego alguien jalaba fuerte al lado contrario y todos comenzaban rotar en la otra dirección, pero siempre manteniendo el circulo con la cara totalmente embadurnado de pintura, talco y con serpentinas en el cuello, por turnos cada cierto tiempo los participantes con hacha en mano iban cortando poco a poco la base del gran árbol, cuando la base se encontraba muy debilitado se inclinaba a un lado sobre todo en la dirección de la espesura de las ramas, unos cuantos hachazos mas como es obvio caía, en esos momentos que los voluntarios no faltaban para derribarlo, entonces envalentonado por el alcohol y normalmente ovacionado por todos los participantes siendo las 18:00 horas uno de ellos salía y se colocaba junto a la base y con toda la fuerza que le quedada daba la estocada final, derribandolo en el acto (voluntario para colocar el “guerujawí" para el año entrante).

Siendo las 18:00 horas, momentos de mucha algarabía para los niños, adultos y en general de los presentes, el gran árbol era derribado, en ese momento todos se lanzaban sobre el árbol caído para recoger los regalos de todo tipo, unos sobre otros entre mujeres y hombres de todas las edades ahí estaban rescatando los regalos enganchados y amarrados en las ramas, luego cuando el árbol quedaba tendido sin los preciados regalos, los participantes formaban dos bandos y se colocan en los extremos del árbol, entre hombres y mujeres, un bando partidario del “carnavalrurak” saliente y otros simpatizantes del “carnavalrurak” entrante para el año entrante, quienes  realizan el clásico “gerusutapaniki” que consiste en arrastrar el árbol ya casi sin ramas por los intensos jaloneos, este ajetreo dura varios minutos, la fuerza que se emplea era inmenso, en seguida el grupo vencedor dejaba el palo en la puerta del hombre o mujer elegida para el próximo año, en algunos casos también en la puerta de la casa del  “carnavalrurak” saliente. La fiesta continuaba en la noche, dentro del círculo familiar y amistades en la casa del organizador de la fiesta saliente.

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